Se estima que la inteligencia artificial (IA) impactará aproximadamente a dos millones de empleos en la próxima década. Este cambio se prevé que genere 1,6 millones de nuevos puestos de trabajo, sin embargo, el balance neto será negativo, resultando en una pérdida de alrededor de 400.000 empleos, especialmente en funciones administrativas y de soporte.
Empresas como BBVA, Repsol y EY están comenzando a demandar profesionales junior con habilidades especializadas, capaces de integrarse en un entorno laboral donde la automatización y la colaboración con la IA son cada vez más comunes. La automatización de tareas repetitivas y administrativas está modificando la naturaleza de los trabajos, y se prevé que actividades como las que desempeñan los abogados sean realizadas por inteligencias artificiales entrenadas para esos fines.
Juanjo Amorn, fundador del Grupo Raz, sostiene que aunque los roles tradicionales de los junior están en riesgo, surgirán nuevas profesiones. Según él, el futuro junior se verá obligado a desarrollar un conjunto de habilidades que le permitan ascender en su carrera. Este proceso, comparado a una técnica culinaria, implica que los junior deben cultivar competencias para avanzar hacia posiciones más senior.