La inteligencia artificial (IA) está transformando el mercado laboral al desplazar el valor profesional de tareas rutinarias hacia funciones que requieren un alto contenido cognitivo. Según informes del World Economic Forum y la OCDE, las habilidades tecnológicas ganarán importancia más rápidamente que cualquier otra en los próximos años. Esto significa que los trabajadores deberán adaptarse, enfocándose en competencias como el juicio, la toma de decisiones y el diseño, que son áreas donde la IA aún no puede competir eficazmente.
Los profesionales que posean habilidades relevantes en IA tendrán incentivos para permanecer en sus organizaciones, especialmente si estas ofrecen oportunidades para participar en proyectos de inteligencia artificial o vías de crecimiento. La movilidad dentro de la misma empresa se vuelve crucial, y el enfoque se desplaza hacia el aprendizaje continuo y la rotación de roles, en lugar de la acumulación de años en un puesto concreto.
Además, la combinación de habilidades técnicas y "humanas", como la creatividad y la resiliencia, se convierte en un factor diferencial en el mercado laboral. La IA incrementa la demanda de competencias complementarias, como el trabajo en equipo, mientras que reduce la necesidad de habilidades que puede automatizar.