La Unión Europea ha alcanzado un acuerdo para poner fin a las importaciones de gas ruso, un acuerdo que se formalizó a principios de diciembre tras ocho meses de negociaciones. Esta decisión marca un cambio radical en las relaciones energéticas con Rusia, que han proporcionado a Europa energía asequible durante varias décadas, particularmente a Alemania.
A partir de enero de 2027, España deberá dejar de importar gas ruso, lo que representa un reto significativo para su economía. Desde 2018, el país ha estado recibiendo gas de Rusia, y la transición será especialmente complicada para Naturgy, que es la única empresa española con un contrato a largo plazo relacionado con el suministro ruso.
El fin de estas importaciones afectará no solo a la industria energética española, sino que también podría tener repercusiones en los precios y la disponibilidad de energía en el mercado nacional en los próximos años.