En 2024, el 17,5% de los hogares en España se encuentra en situación de pobreza energética, una cifra que ha disminuido ligeramente desde el 20,8% alcanzado en 2023. Este problema afecta a casi una de cada cinco familias, lo que representa un aumento significativo en comparación con el 8% registrado en 2017, el año antes de que Pedro Sánchez asumiera la presidencia del Gobierno.
El incremento en la pobreza energética se debe a factores como el aumento de los precios de la energía, la ineficiencia de los edificios y la precariedad laboral. España destaca por tener un porcentaje de pobreza energética considerablemente superior al de la media europea, que se sitúa en el 9%.
Eurostat, que investiga anualmente las condiciones de calefacción en los hogares, indica que este indicador mide la capacidad de las familias para mantener su vivienda caliente sin sacrificar otras necesidades básicas. Entre 2015 y 2019, España había logrado situarse por debajo de la media europea, con tasas que oscilaban entre el 7,5% y el 10,6%, antes de que la situación comenzara a deteriorarse a raíz de la pandemia de Covid-19.