El resultado electoral en Extremadura ha dejado al PP en una posición complicada, logrando 33 escaños, sin alcanzar la mayoría absoluta y dependiendo del apoyo de Vox. Por su parte, el PSOE ha sufrido un desplome significativo, obteniendo menos de 20 escaños, un resultado por debajo de las expectativas y de su desempeño anterior, donde había alcanzado 34 escaños en 2019.
Las encuestas no preveían una victoria tan contundente para la candidata del PP, Mara Guardiola, quien ha superado las expectativas. En contraste, el PSOE, que había dominado la región en elecciones pasadas, ha visto cómo su apoyo electoral ha disminuido, lo que pone en riesgo la continuidad del sanchismo en el poder.
El incremento de la abstención y la gestión del partido han generado preocupación entre los socialistas. Algunos miembros, como Emiliano García-Page, han expresado la necesidad de desvincular la estrategia del partido de los intereses de Sánchez, temiendo que la situación actual pueda abrir las puertas a una posible victoria de la derecha.