El 41 Congreso Federal del PSOE concluyó en Sevilla, dejando en evidencia la creciente división interna del partido. Mientras Pedro Sánchez continúa como líder debido a su cargo de presidente del Gobierno, se empiezan a gestar movimientos encaminados a preparar una posible sucesión tras las elecciones generales. Este descontento con la dirección actual ha llevado a algunos miembros del partido a considerar alternativas que podrían desafiar a Sánchez en futuras primarias.
Las estrategias en juego presentan diferencias en cuanto a plazos y enfoques, pero todas buscan reorientar al PSOE hacia sus posiciones tradicionales, las cuales consideran que se han perdido durante los siete años de gobierno de Sánchez. La percepción es que el actual proyecto del partido ha sido "desnaturalizado" por las concesiones a otras formaciones políticas, reflejando un deseo de recuperar la esencia del PSOE.
Los movimientos internos se dividen en dos grupos, con una creciente fractura entre los sanchistas y quienes se oponen a su liderazgo. Aunque se autodenominan como una "alternativa", prefieren evitar etiquetas y están dispuestos a dar un paso al frente en los próximos eventos del partido, con el objetivo de estar preparados para cualquier eventualidad en el futuro.