El PP de Extremadura ha logrado una victoria en las elecciones al Parlamento, aunque insuficiente para disminuir su necesidad de apoyo de Vox. Los resultados han mostrado un descenso histórico del PSOE, que se convierte en el partido más perjudicado, mientras que Vox ha aumentado su representación. La presidenta del PP y candidata a la reelección, María Guardiola, tuvo que disolver el Parlamento debido a la falta de respaldo de Vox para los presupuestos de 2026.
A pesar de mejorar su rendimiento respecto a 2023, el PP solo ha ganado un diputado más, frente a los seis obtenidos por Vox. Esto implica que deberá negociar con el partido de Santiago Abascal para formar gobierno, tras haber tenido una campaña electoral tensa entre ambos partidos. La situación es crucial, ya que los dos partidos de derecha han acaparado el 60% de los votos, en contraste con el 36% de las fuerzas de izquierda.
En los próximos días, se espera conocer la disposición real de Vox para facilitar la investidura de Guardiola. La dinámica en Extremadura podría influir en los comicios venideros en Aragón, Castilla y León y Andalucía, donde el crecimiento de Vox se ha mantenido constante desde las elecciones de 2023.