La introducción de las Liability Management Exercises (LMEs) en Europa está generando preocupaciones entre los acreedores, ya que estos mecanismos pueden permitir a las empresas modificar deudas y activos sin necesidad de un proceso concursal. Eric Larsson, co-responsable de la estrategia de Special Situations en BSP–Alcentra, advierte que la documentación de préstamos se ha vuelto tan flexible que puede perjudicar a los acreedores originales, quienes podrían enfrentarse a recuperaciones mucho menores de lo esperado.
En Estados Unidos, las LMEs se han utilizado con frecuencia para gestionar reestructuraciones de forma extrajudicial, mientras que Europa muestra un panorama más fragmentado, donde cada país tiene su propio marco legal. Hasta el momento, solo se han documentado “dos o tres casos” significativos en Europa, con uno de ellos en los tribunales de los Países Bajos, aunque su validez aún está en duda.
La reacción del mercado también es notable; la mera posibilidad de que una empresa considere una LME puede provocar caídas bruscas en los precios de sus acciones, con movimientos de “20 o 30 puntos” en pocas horas. Esta situación refleja la incertidumbre que rodea a estas prácticas, que están comenzando a ganar terreno en Europa, a pesar de las barreras legales existentes.