Las bolsas globales alcanzan niveles máximos, mientras que las empresas se financian a precios históricamente altos, a pesar de un tipo de interés oficial elevado. Según la agencia de calificación Fitch, actualmente se cumplen seis de las siete condiciones necesarias para que se produzca una burbuja en el mercado. Sin embargo, se señala que los precios de los créditos de menor calidad aún no han alcanzado niveles preocupantes.
El analista Terry Smith advierte que podríamos estar ante una burbuja bursátil aún más pronunciada que la de 2000, recordando que situaciones similares se vivieron en 2007 y 2021, culminando en desplomes tras la ilusión del mercado. Fitch destaca que, aunque hay motivos para la preocupación, el riesgo de contagio parece limitado a las empresas más endeudadas, que enfrentan el riesgo de impagos si el ciclo económico cambia.
En este contexto, la agencia resalta que los diferenciales de los créditos europeos para empresas con calificación B o superior están en niveles bajos, lo que podría ser un indicativo de una burbuja que afectaría al crédito apalancado si estalla. A pesar de ello, el diferencial para las empresas con calificación CCC continúa por encima de 1.300 puntos básicos, lo que indica que los inversores son cautelosos ante el riesgo de impago.