Los inversores de Telefónica han recibido señales positivas, ya que la compañía ha comenzado a implementar un nuevo enfoque estratégico. En el último trimestre, la operadora ha experimentado un incremento en su base de clientes, lo que ha generado expectativas de un crecimiento sostenido en el futuro.
Este cambio en la dirección de la empresa se produce tras un periodo de ajustes y reestructuraciones que han afectado su valoración en los mercados. Actualmente, las acciones de Telefónica se cotizan en torno a los 4,50 € por acción, lo que representa una recuperación respecto a los niveles más bajos alcanzados anteriormente.
Los analistas destacan que, aunque el camino hacia la rentabilidad plena aún presenta desafíos, el compromiso de la empresa con la inversión en tecnología y mejoras en la experiencia del cliente podría dar resultados positivos a largo plazo. Esta nueva fase podría ser clave para atraer a inversores que habían mostrado reticencia.