Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que 43 de los 50 Estados miembros encuestados en Europa consideran que la financiación insuficiente es un gran obstáculo para la adopción de la inteligencia artificial (IA) en el sector salud. Esta situación se agrava por la creciente presión sobre los sistemas de salud europeos, impulsada por el envejecimiento de la población y la escasez de profesionales sanitarios.
Las limitaciones económicas afectan no solo la adquisición de tecnología, sino también el desarrollo de infraestructuras y la formación del personal. La falta de inversión impide que herramientas de diagnóstico asistido por IA, que podrían mejorar la detección temprana de enfermedades, se implementen de manera efectiva. Asimismo, soluciones que facilitarían la atención clínica y reducirían la carga administrativa no logran integrarse en los flujos de trabajo cotidianos.
Además, el informe destaca que la escasez de programas de formación en IA para médicos y enfermeras contribuye a la desconfianza hacia estas tecnologías. Sin una capacitación adecuada, la adopción de la IA se ralentiza, limitando su potencial para transformar los sistemas de salud en Europa.