El precio de la onza de oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico de 4.520,8 dólares, experimentando un incremento del 1,1% en la última sesión. Por su parte, la plata ha subido un 4,3%, alcanzando los 71,51 dólares. Estos aumentos han sido impulsados por las tensiones geopolíticas y la expectativa de posibles recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU.
Durante el año, el oro ha registrado un incremento del 71,15%, mientras que la plata ha aumentado un 146,4%, marcando el mayor crecimiento anual desde 1979. La situación actual ha llevado a varios países a considerar el oro como un activo de protección frente a las sanciones y bloqueos comerciales, especialmente en un contexto de creciente competencia entre bloques geopolíticos.
Analistas indican que los bancos centrales de economías emergentes están intensificando sus adquisiciones de oro para disminuir la dependencia del dólar, lo que está generando una demanda adicional en el mercado. Esta tendencia favorece a la inversión institucional en fondos relacionados con el oro, haciéndolo un activo cada vez más atractivo en el actual clima económico y político.