La Comisión Europea ha sancionado a X, anteriormente conocida como Twitter, con una multa de 120 millones de euros por infringir varios aspectos de la Ley de Servicios Digitales (DSA). Este es el primer caso de sanción formal bajo esta legislación, lo que implica un cambio significativo en la dinámica entre Bruselas y las grandes corporaciones digitales de Estados Unidos.
Las irregularidades incluyen funciones engañosas en el sistema de verificación y la obstrucción a investigadores, así como una falta de transparencia en la publicidad. Esta situación no solo se limita a la penalización económica; también establece un nuevo estándar en la regulación del espacio digital, subrayando la búsqueda de soberanía regulatoria en este ámbito.