La economía estadounidense mostró un crecimiento anual del 4,3 % en el tercer trimestre, la tasa más elevada en dos años, gracias a un fuerte consumo a pesar de la inflación. El gasto de los consumidores, que representa aproximadamente el 70 % de la actividad económica, creció un 3,5 % anual durante este periodo, aumentando desde el 2,5 % del trimestre anterior.
A pesar de estos datos positivos, algunos economistas advierten que este crecimiento puede ser temporal. El cierre prolongado del gobierno y la inflación persistente podrían afectar la economía en el cuarto trimestre. Una encuesta del Conference Board reveló que la confianza del consumidor ha caído a niveles no vistos desde la implementación de aranceles en abril.
Michael Pearce, economista de Oxford Economics, destacó que el aumento del gasto en servicios refleja una recuperación desigual, donde hogares de mayores ingresos continúan prosperando, mientras que los de menores recursos enfrentan estancamiento salarial y precios elevados. Este fenómeno es conocido como una "economía en forma de K".