La oficina de Amazon en Barcelona ha confirmado recientemente que el número final de despidos se ha reducido a 791 tras un acuerdo alcanzado con los sindicatos. Este ajuste en el personal se enmarca dentro de la estrategia global de reestructuración de la empresa.
La decisión de la compañía ha generado preocupación en el sector tecnológico local, que ya enfrenta desafíos significativos. La reducción de personal no solo afecta a los empleados directamente, sino que también tiene implicaciones para la economía regional.